La meditación es una práctica que consiste en vivir el presente y dejar que cada momento sea como es, dejando fluir las experiencias sin juzgarlas y para esto, debes entrenar tu mente y adoptar un modo de consciencia.
Al practicarla, te librarás del miedo, ansiedad y preocupación que te puede generar el futuro y la nostalgia, culpa y rencor del pasado. Algunas investigaciones nos cuentan los grandes beneficios que tiene su práctica, te cuento las más importantes:
- Incrementa las emociones positivas.
- Estimula el sistema inmunológico.
- Disminuye dolores crónicos así como enfermedades cardíacas, asma, diabetes, hipertensión…
- Aumenta tu vida social.
- Mejora tu atención y memoria.
Después de todo esto que acabo de contarte seguramente te preguntarás lo mismo que yo: ¿Cómo no he podido empezar a practicarlo antes? o también ¿por qué no nos han enseñado a hacerlo desde peques?
Como eso ya no podemos cambiarlo, si resuena en ti este post ¿qué es y para qué sirve la meditación? comienza ya y así podrás comprobar en ti el cambio que notarás en tu vida.
Recuerdo la primera vez que empecé con el Mindfulness
Tenía muchas ganas de sentir paz, calma… y así fue. También recuerdo que me costó concentrarme, siempre tendemos a estar pensando en lo que vamos a hacer después, ese piloto automático que tenemos que vamos como pollos sin cabeza, incluso cuando terminé me notaba cansada, pero también floté e incluso hubo algún rato que creo que volé –te lo prometo–.
Como en todo lo que nos proponemos, has de ser constante y hacerlo todos los días, y no me vengas con la excusa de que no tienes tiempo. Veamos, ¿cuántos minutos tiene un día? 1.440, así que no me puedes decir que no tienes 10-15 minutos para dedicarlos en ti, para tu bienestar, para estar en calma, porque te recuerdo algo: La persona más importante de tu vida eres tú.
La práctica de la atención plena es como cultivar un jardín
Florece cuando se dan ciertas condiciones. Estas condiciones incluyen las siguientes ocho actitudes, que son esenciales para la práctica de la atención plena:
- Mente de principiante: ve las cosas como nuevas y frescas, como si fuera la primera vez, con un sentido de curiosidad.
- Falta de juicio: implica cultivar la observación imparcial sin etiquetar pensamientos, sentimientos o sensaciones como buenos o malos, correctos o incorrectos, justos o injustos, sino simplemente tomar nota de los pensamientos, sentimientos o sensaciones en cada momento.
- Reconocimiento: valida y reconoce las cosas como son.
- No esforzarse: no hay aferramiento, aversión al cambio o alejamiento de cualquier cosa que surja en el momento; en otras palabras, no esforzarse significa no intentar llegar a ningún otro lugar que no sea donde estás.
- Ecuanimidad: implica equilibrio y fomenta la sabiduría. Permite una comprensión profunda de la naturaleza del cambio y le permite estar con el cambio con mayor comprensión y compasión.
- Dejar ser: puedes simplemente dejar que las cosas sean como están, sin necesidad de intentar soltar lo que está presente.
- Autosuficiencia: te ayuda a ver por ti mismo, a partir de tu propia experiencia, lo que es verdadero o falso.
- Autocompasión: cultiva el amor por ti misma tal como eres, sin culpa ni crítica.
Si tienes en cuenta estas cualidades, reflexionas sobre ellas y las cultivas, te ayudarán a fortalecer la práctica.
Desarrollarlas es una forma de canalizar las energías hacia un proceso de crecimiento. Cuéntame, ¿Sientes que desarrollas algunas de estas actitudes en tu día a día?
Me gustaría acabar ¿qué es y para qué sirve la meditación? con un dato curioso. ¿Sabías que tiene 5.000 años de antigüedad? Sí, parece increíble pensar que hace millones de años podrían practicar algo que está tan de moda en el siglo XXI, no me imagino yo a Napoleón haciendo Mindfulness, ¿y tú?
Si tienes alguna duda sobre la meditación y sus beneficios, te invito a contactarme para resolvértelo.